Creative Commons

lunes, enero 30, 2006

Inercia...The Station Agent (2003)

Una de las mejores películas de cine independiente que he visto, aunque debo aceptar que mi repertorio no es muy amplio. De cualquier forma, ésta me ha puesto a buscar nombres y demás para escribir algo sobre ella (tal vez les deje una espinita y vayan a un video club o por Netflix y la renten), no sólo por lo sencilla y divertida, sino porque me ha seguido a lo largo de tres años.
La primera ocasión fue en el 2003 –año del estreno y mi primer viaje a L.A.-, vagaba por las calles de la ciudad como turista con tres personajes (bellas personas), los cuales eligieron el cine y el show. Puedo decir que de no haber sido por ellos en mi vida hubiera tropezado con “Fin” (Peter Dinklage) y sus nuevos amigos.
Un año después, en el 2004, obviamente ya en Torreón, dentro de un mall de la ciudad decidí hacer uso de esa entrada que le habían obsequiado a mi madre por quejarse del clima dentro de la sala “era para congelarse” dijo hasta llegar con el gerente.
Así pues, tenía un boleto gratis para el cine, la cartelera no era muy prometedora de pasar un rato agradable pero, vi un título muy extraño que parecía ser cine independiente. No leí la reseña, llegué a taquilla e hice válida mi entrada, fui por los víveres cinéfilos, los puse frente a mí en una de las mesitas, encendí un cigarro, el boleto descansaba dentro de mi morralito y esperé para entrar a la sala.
Cinco minutos antes, en un asiento de los muchos que había vacíos, pasaban los cortos y ahí comenzaba la película, frente a mí el título en inglés The Station Agent y el enano Fin.
Después de los créditos quería tomar el teléfono y llamar a una de aquellas personas con las que había ido un año atrás, pero no lo hice, no podía decir mucho sólo me parecía divertido verla de nuevo con un título completamente diferente.

Año 2005, vacaciones en L.A., regreso el 15 de enero del presente a Torreón y un día de limpieza en casa el estómago hacía ruidos extraños, preparo comida para una persona y me quedé pensando: tomo el control de la televisión o voy a la computadora a ver una de las películas de Misael. Media hora cambiando de canal, llego al quinientos y algo (por “cielo” en inglés), en pantalla el amigo Fin abriendo la puerta de la casa-estación, unos arbustos y las vías del tren encontraban su camino entre éstos.
A lo lejos se escucha la voz de Joe (Bobby Cannavale), un tipo que vende café en un carrito de hot dogs “Hey Fin!”, en eso, vemos a Olivia (Patricia Clarckson) frente al carrito con café en mano.
En realidad, es una película sencilla, con buena trama, que nos deja pensando en nuestros buenos amigos, siempre tenemos a uno que no sabe ni qué hacer con su vida (en este caso Joe) y otro con mil cosas por resolver en su mente (Olivia) y uno sin muchas preocupaciones (Fin) o bien, somos uno de los tres.
Bajo el techo de Miramax Films, con la batuta y gastando tinta Thomas McCarthy, esta película de cine independiente fue ganadora de varios premios que mencionarlos sería un poco largo y dado que mi texto también lo es, me despido con un beso y les dejo este link en el cual encontrarán más información acerca de la película y podrán ver el trailer.

http://thestationagent.com/

sábado, enero 28, 2006

Dos historias por contar, sin contar.


Quiero encender un cigarrillo en la sala, cerca de donde está mi escritorio y la computadora; un espacio amplio donde la decoración minimalista no ha encontrado su ticket de entrada.
Sí hay día nublado, gotas que insultan el calor del suelo lagunero, la taza con café contestó "presente" a las once y algo de la mañana de un sábado cualquiera. El cigarro es un ornamento útil en mi escritorio, pero no está.
No tengo mucho por escribir a pesar de la buena semana, tal vez dos historias divertidas, una de ellas podría juguetear con un tal Gino Vannelli.
¿Quién demonios es ese tipo?
Bueno, si no lo han escuchado pueden hacerlo por cultura general, pero no lo recomiendo para aquellas personas, las cuales, dentro de su colección de cds, Celine Dion queda fuera de ella.
La otra historia se desarrolla en un bar de La Laguna, fue una noche de jazz y servilletas que servían como salas de chat. No sé cuál de esos textos pueda titularse "Una noche patrocinada por Prometeo".
Ambas historias comenzaron en el centro de Torreón, que ahora, debido a su maldita expansión, el centro ya no quedaría situado en donde lo conocemos. Es una de las partes bellas, un lugar por el cual todavía puedes caminar sin mucha preocupación (a menos que vayas al trabajo). Si eres una persona que vaga sólo para encontrar un café que te de alojamiento por unas horas, disfrutarás de las calles con baches y con gracia y educación, darás el paso a los carros en las esquinas frente a ti.

Tal vez rececuerdes una de las historias de la ciudad, seguro olvidas el nombre del tipo que confundió las unidades en sus planos e hizo más amplias nuestras calles.
Seguido topas con gente que pide dinero en un rincón de edificios viejos o en La Alameda; cerca, en una esquina puedes comprar un vaso mediano con nieve de garrafa (mejor conocida por los laguneros como nieve Chepo): mitad chocolate, mitad café, deliciosa combinación de sabores. Disfrutas sentado la sombra de ese árbol con brazos enormes y cabello largo. Terminas y cruzas la calle, te detienes en el camellón esperando llegar al otro lado: un lugar donde puedes desconectarte.

Siempre busco una de esas mesas que tienen sombrilla o están bajo una sombra, hay demasiada gente en la
ciudad y en sus calles, caminamos mucho, pero todo está bien en esta plaza con una fuente. Saco mis cigarros y el encendedor de los bolsillos del pantalón. Aquí no importa mucho cómo te sientes, o si te acuestas en el pasto o si dejas a un lado tus zapatos, es lo menos importante.
Fumo, no pienso, disfruto y me tranquilizo.
Veo a un señor acercándose a "mi lugar" y hago un esfuerzo para no notar la dirección de sus pasos, es inútil: cuatro, tres, dos metros, un metro.
-Señorita, buenas tardes tenga usté, mire que ando vendiendo dulces pa darle de comer a mis hijos y a mi señora que está mala y ps ni modo, mire usté Dios no lo quiera pero ps necesite usté ayuda y ps un peso o dos que me de por una paletita, ps no es nada- ojos pequeños café oscuro perdidos bajo el sombrero, me hablan.

Así es, es nada, un peso, dos pesos, como los metros cuando pude tomar mis cosas y marcharme antes de que pudiera mencionar una palabra el hombre con canasta en mano y ropas con aire acondicionado integrado, sombrero y piel tostada. No pude, siempre espero a que llegue y dejo que hable

-Señor, ahorita no, gracias- mis mejores palabras pero, cuándo entonces, me pregunto. Dinero sí tengo pero por alguna razón no creo su historia.

-Ándele, tome una y regáleme un cigarrito, mire que si pudiera comprar uno lo compraba, pero ps el dinero tiene que ir pa la casa y ps como que andar robando ps no, digo, ps mejor pido uno, ándele tome uno y regáleme un cigarrito- con mucha confianza ha puesto su canasta sobre la mesa.

Saco de la caja un cigarro y se lo doy en la mano mientras él ya buscaba la caja de cerillos en sus bolsas, me adelanto, tomo mi encendedor y le ofrezco lumbre. Acepta.

-Gracias señorita, Dios me la bendiga, tome uno- dice en la primer bocanada, toma su cesto y lo acerca a mi.

-Gracias- no necesito una paleta, él no necesita un cigarro.

Mi mente sin preocupaciones despierta, mis ojos se abren y ven al hombre que se acomoda el sombrero con la mano en la que lleva el cigarrillo, camina cinco, seis metros lejos de "mi mesa" buscando a un nuevo cliente al cual seguramente le dirá "ayúdeme, cómpreme una paletita, no tengo dinero ni para un cigarro, mire usté acabo de conseguir este, ps es como mi comida, me lo dieron, pero ps mire usté que ahora ps tengo que juntar pa llevar comida a mi casa...". Tan pronto como lo pierdo de vista me levanto y vuelvo a conectarme con mi ciudad, qué hago perdiendo el tiempo con cuestiones e intentos de textos cuando estudio en "una de las mejores" escuelas, qué hago sentada haciendo nada. El hombre de manos maltratadas ni cuenta se ha dado de su ayuda.

Y bien, en cuanto a las otras historias, debo esperar a que haya un detonante y pueda contarlas, ya les avisaré.

Ya pueden poner comentarios.

Un beso a todos.

jueves, enero 19, 2006

Algo acerca de Lucy

Buenos días!
Sigo de vacaciones, creo que hasta el 24 de este mes. Por lo general, de lunes a viernes, me levanto en la mañana y pretendo que voy a la escuela a aprender algo. Estudio ingeniería mecánica en el Instituto Tecnológico de La Laguna, mejor conocido como Tec. Laguna (cero conexión con los Tec de Monterrey). Fumo y escribo de vez en cuando.

Entrevista con el vampiro, se convirtió en mi película favorita porque la pude ver después de unos años que había salido en el cine, no sabía de qué trataba pero los actores los conocía. Por un tiempo olvidé la película; después la encontré en un video club y la lleve a casa. Estoy segura de haberla visto unas 10 veces en dos días. Tiempo después tuve acceso a los tres libros y encontré los personajes aún más bellos e interesantes.

Música: Lounge, electrónica, downtempo, jazz, clásica, trip hop (esa musiquita que salió por ahí del 95-96 si leí bien), chillout, ambient, en general muchas variaciones de música electrónica...pero del lado tranquilo.

El libro que dejó huella...la verdad me da algo de pena aceptarlo y de hecho no diré el nombre del libro, sólo el autor: Louisa May Alcott.
Seguro les dice algo.

miércoles, enero 18, 2006

Querido Lector:


"Algunas cosas que leerás aquí no serán de tu agrado, lo único que puedo decirte es que tomes lo que te convenga y hagas a un lado lo que no te guste pues alguien más hará lo mismo y así hasta que todos estén contentos"
Bueno, obviamente con esta pequeña introducción hago una especie de tributo al grandísimo Marqués de Sade que en alguna parte del libro de Julieta nos dice "Querido lector", después viene un párrafo que en realidad me parece simpático porque se detiene a pensar en nosotros, como siempre y bueno nos advierte sobre las cosas horribles que leeremos y pide que a pesar de eso no nos detengamos a juzgar ni a cuestionarnos el por qué sino simplemente leamos y si nuestro cuerpo responde a lo que estamos leyendo que lo tomemos y si más delante tenemos el deseo de cerrar el libro y preguntarnos ¿qué demonios es esto? pues sólo sigamos con la lectura, sin juzgarlo.
Sade escribía para todo tipo de personas, sabía que todos y cada uno de los que hemos caído en sus letras, guardaríamos algo de sus ideas en el bolsillo.
Yo me atreví a modificar ese párrafo y ponerlo como un intro a este blog (por eso está entre comillas), para que si en algún momento llegan a leer algo que no les guste, no dejen de visitarlo pues más delante puede haber algo que les guste.

Tal vez se cuestionen sobre ese párrafo, que es algo así como media página...pronto lo podrán leer por aquí, sólo necesito que mi querido amigo Misael lo regrese.
Mientras tanto veré qué puedo hacer con este blog.

Un beso a todos!

Lucy E. Originales