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viernes, junio 20, 2008

Darío Fo. Peace Mom. Madre Pace.

Saludos peludos a la raza!

El link que les pongo bajo estas letras es una obra escrita por Darío Fo y Franca Rame, su esposa. Debo decir, que ni idea tenía de que estos cuates existían. Por fortuna, el lunes pasado, durante el festival de monólogos, se presentó La historia del Tigre, con el buen Bruno Bichir y para no andar tan fuera de contexto, busqué en la red algo de Darío Fo y encontré este monólogo, el cual se llama Madre Pace.
Es cansado de leer, no es algo que no hayamos escuchado antes, sin embargo, al leerlo, me di cuenta de por qué el cuate ha sido marcado con X en los yunates estates.
Espero que tengan tiempo de leerlo, les dará idea de lo que somos capaces como humanoides de hacer, tanto buenas cosas como malas. De lo que hace Bushcoso, Darío y Franca escriben este tipo de cosas.
Partiendo de algunas líneas en la obra, y siendo mexicana norteña, pues me parece que tenemos, como bien dicen por ahí, el gobierno que nos merecemos.
Pero... qué es lo que merecemos?
El buen Bruno dijo, al terminar la obra, en una platica que se echó con el público, respondiendo a una chica que reclamaba la poca audiencia que asiste a los teatros pequeños y viejitos de la ciudad, pues sólo van a los teatros nuevos y a presentaciones donde hay un actor conocido, que sería mejor ofrecer primero algo al público, siempre pensamos en lo que queremos y en lo que necesitamos, pero qué estamos ofreciendo.

Así que yo digo, en general, qué merecemos, si no ofrecemos nada?

Un dicho sabio del Pato, un amigo, dice: A beber, comer y coger, que el mundo se va a encoger.

Besos,
Lucy Originales.

This is a play written by Dario Fo and his wife Franca Rame.
I have to say I wasn't even awared these guys exist, 'till last monday, where a play by Dario Fo was presented in my city in the "Festival de Monólogos", with actor Bruno Bichir.. so I google Dario Fo and found this play translated from italian to english: Peace Mom.
Sounds pretty tired, but when I finished reading it I realized why this guy had, for a long time, not been allowed to go into the US.
I hope you guys have the time to read it and hope it gives you a good sight of what we humans are capable of: good and bad things.
As far as I'm concerned, in Mexico, as someone said "we have the government we deserve"
But what do we deserve?
I don't know.
I heard from Bruno Bichir these words, as an answer to a girl who said there's no action in old theaters, audience only goes to those shows where known actors performed, so Bruno replied "what you should do first is to offer, we always demand we need this, we want this, but we never offer anything"
So...
What do we deserve if we do not offer anything?

Cheers,

Lucy Originales.

Madre Pace: http://62.110.58.111/scheda.asp?descrizione=PEMO
Peace Mom: http://modernword.wikispaces.com/space/showimage/Peace_Mom.pdf

Más de Darío y Franca/More from Darío 'n Franca.
http://www.dariofo.it/
http://www.imagi-nation.com/moonstruck/clsc32.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Dario_Fo
http://62.110.58.111/home.html

lunes, junio 09, 2008

La tercera es la vencida

Por Lucy Originales.

Bien, ya voy de salida, casi, de mi tercer viaje por La Laguna. Me doy cuenta de que nací casi cuarenta años después del primer experimento que hizo Hofmann el 19 de abril de 1943 con dietilamida de ácido lisérgico (LSD). Tomó cierta cantidad que lo llevó a ver colores, cuadros, rectángulos y círculos. Algo muy al estilo Austin Powers, como referencia.
Nací en 1983, cuando pasaba el movimiento hippie de los 50’s, que se desarrollaba en los 60’s y se salía de control en los 70’s.
Voy de salida, pero no sé hacia dónde.
Dicen que la 3ª es la vencida. Sólo la energía, Dios, sabe por qué estamos donde estamos y por qué hacemos lo que hacemos, o ya ni él entiende.
Concibo pues, que soy una diosa, no entiendo casi nada de este mundo, no entiendo todavía ni por qué sigo con vida, me gusta pensar, por no decir soñar, que todos los días son extraordinarios, pero hay decadencia, fatalismo, fetichismo, socialismo, capitalismo, incremento abrupto del semen en el instinto masivo de un hombre violador.
Hace rato que no salgo de día por el simple sentido heroico de perseverancia. Y para qué, si de verdad sólo encuentro fechas y ataúdes en las calles aun de noche, pero la fatiga de mi substancial vida se estremece poco menos cuando por gracia divina salgo al caer del sol y voy en el transporte urbano en la carretera; veo que los colores cambian por el papeleo en el vidrio, esa casi doble capa de vidrio y papel polarizado, entiendo que el papel polarizado color gris, incrementa el tono del cielo azul, pero no sé por qué, comprendo entonces que llevo una capa gris en mis ojos café claro y por eso los colores se tornan brillantes tras la inmensa pesadez de la negrura, los árboles parecen las mismas sombras, los boulevard denotan la extrañeza del propio lugar de nacimiento; me desbalago en las afueras de la ciudad, en la decaída del mundo, del s. XXI, me simpatizan los enormes carriles de mi ciudad, por donde circulamos los que vamos y los que vienen; lo moteles baratos, los entronques, empero, la luz artificial me parece ya algo inconcluso.
La insensatez de mi memoria reclama un documental con luces fluorescentes, estilo los años 80’s de la ciudad en donde supuestamente he vivido durante 24 años, ¡caray!, 24 años de sólo observar como un fantasmita incongruente.
Si bien, dado un supuesto hecho de que la urbanización de este conjunto de ciudades descaradamente nombrado La Laguna por desdicha del presente, beneficiará a la bola de humanos y yo, que rodamos en la fatigada lucha contra el sol, profetizo la inmediatez de un declive en nuestra sociedad lagunera.
¿Por qué? Porque sí, porque si bien vamos aplaudiendo los urbanos sucesos natalicios de hace poco más o poco menos de diez años a la fecha, no supongo, declaro, que el gusto sutil de sentirnos grandes en una ciudad pequeña se transmitirá en miseria para las generaciones pataleando en estómagos jóvenes, al cabo de unos quince años. Veo la ciudad de Torreón, como un cartoon de un mapa de alguna ciudad turística donde una cabecilla de cuerpo flácido brinca sin piedad ni permiso encima de la otra; que brincaran los poderes en el ring por la nueva città de compañeros de un equipo.
Me gusta pensar que hay otros insulsos espectadores aprendices del lente vívido encima de la nariz, me gusta pensarlo…, sólo para no sentir que soy el único capullo insípido falto de sensatez…, me gusta pensarlo, pero sé que nadie quiere leerlo por la evasión de los sentidos hacia un futuro mejor, coloreado por títeres de la vida y juguetes de su impresa realidad, nadie quiere hacer caso.
Y si hay, nada habremos de hacer, pero me gustaría compartir una copa más de alcohol con otros pusilánimes bebedores.
Nadie puede argumentar que es una verdad lo que escribo, pues ignoramos quién soy (sí, ignoramos, pues ni yo lo sé), y por qué leer a un mediocre escritor de ocasión, tanto mediocre, como escritor. No sé. Sólo espero que haya personas que se encuentren tristes por lo que se observa, espero que haya minúsculos gatos y perros nocturnos que lloriqueen los tiempos pasados, donde la ciudad parecía no estar tan cerca de la degradación; espero, como espera cualquiera, que llegue la quincena, y poder olvidar de nuevo, en una tienda de ropa, en un bar oscurecido, con mujeres de la misma noche, tan bellas y presentes, la realidad que tenemos.
No hay dinero, no hay agua (con esto se resume todo), así como no hay un pez que sobreviva media hora sin ella, no tenemos nada. Vivimos para la grandeza de otros, creemos vivir por la propia grandeza de un pequeño ser que corretea en el pasillo de la casa, no es así. Respiremos mientras se puede, cuando las calles estén solas y nos encontremos borrachos en las esquinas, contoneándonos de haber hecho algo por nosotros en el día, como suspirar la huída de una tarde que oculta la polución del cielo por el insensato vicio de los que somos fumadores.
Dicen algunos (los que saben), que mis letritas no deben ir a ningún lugar, que no es intrínsicamente necesario la espiral finita de una aproximación resolutoria, que no debo intimar con la situación; yo siento algún voluptuoso asco de pensar que no va a quedar plasmado, que sólo puede sustentarse como decorativo industrial del pequeño escritorio que acoge una computadora portátil; me parece (como única y verdad solución), entonces, ponerlo como una sentencia, acaso fatalista, como dicen muchos, de una verdad creciente dentro de mi calurosa sociedad lagunera.
No me he cansado, todavía, de viajar por el asfalto místico que se levanta por aquél boulevard Revolución tras brazos mecánicos, al parecer, como batuta y entretenimiento al pueblo que se traslada de oriente a poniente y viceversa; tampoco me he cansado, de escuchar los inteligentes comerciales de radio y televisión a cargo del gobierno y de instituciones privadas capitalistas, disputándose la suntuosa cantidad de apoyo moral que han dado al pueblo regalándonos un nuevo estadio de futbol, o bien, de la cantidad de obras de pavimentación que, sin duda, son por demás atinadas. Así pues, nuestra Laguna está haciendo mucho por la casa, imagino que al decir esto, es un hecho de que se me recomiende no publicar en mi ciudad, ni siquiera en revistas que dicen presenciar los hechos, siquiera, como muestra de los sucesos no dichos. No estoy para poner cifras, tampoco porcentajes, ni nombres de políticos o culpables (que todos lo somos), sólo para narrar un poco los hechos ficticios que se me ocurre están teniendo lugar en estas ciudades laguneras. Debo asentar que todo esto es concebido tras un largo viaje de una sustancia química, ya que me es imposible, de otra forma, imaginar realidades tan ficticias.