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domingo, abril 15, 2007

Silencio

Por Lucy Originales


“… calladita te ves más bonita” me decía la aguela chévere
Precisamente eso me dijo Juanito hace unos días pues casi siempre que hablo, lo hago como si escribiera con las patas, o sea, mal, sin mesura de lo que digo y cómo lo digo.
El miércoles bendito-sacrosanto-aniversario-asueto-natalicio y no sé qué más, desperté muy tranquila, escuchando un bonito concierto para violoncelo que pasaban por la radio, me eché un baño nada express, lo admito, con agua calentita e igual me cambié, soy toda Espinosa en ese aspecto, tomo el tiempo necesario. Minutos más tarde recibí una llamada del Gus.
-¿Dónde andas?-
Dónde más iba a andar sino en el mismo lugar donde amanecí.
-¿Todavía te falta mucho… te pido algo de tomar?-
De pronto se me antojó un juguito de naranja, además del premeditado café y el periodicazo, ¿por qué?, quién sabe. Ahí soy Originales. Ya no tardé mucho en llegar con mi desesperado e hiperactivo amigo, si parece chapulín, ofrecí disculpas por hacerlo esperar, habían transcurrido cuarenta minutos.
¡Changos! No fue mi intención.
Luego de un café con leche espumosa para él y una inyección de Vitamin C para mí, cada quien se puso a leer su sección preferida. Tomé la de “moda en el mundo” para encontrar un “desmother” en lo político con la reforma a la ley de pensiones del ISSSTE, o sea, pensionissste. Me agrada eso de inventar o arreglar palabritas.
Observé, atravesando las ramas gloriosas de un árbol, la plaza que tenía a mi lado, el día me pareció precioso: sol, aire fresco bajo la sombra y por si fuera poco, aquella imagen se dibujaba como temporada alta en una ciudad no turística, no circulaba gente en la plaza y ni había palomas picoteando el piso. Regresé a mi lectura, pedí el sustancioso y colorido líquido que tanto deseaba, al primer sorbo, levanté la ceja por lo caliente que estaba aquél y por las noticias nacionales e hice berrinches. De vez en vez me marea lo que pasa en este país y, aunque trato de desenchufarme de noticias mundanas, esto es, no a la radio, no a la televisión, no al periódico, no a un medio de comunicación (pero, esto está lejos de ser cosa del diablo), mi karma es tan preciso que las noticias pudientes, relevantes en conexión con mis vivencias, llegan de la nada. La noticia sobre la reforma a la ley de pensiones del ISSSTE realmente no es algo nuevo, tengo entendido que hace un par de sexenios estaba la propuesta, ya se chismeaba por ahí, pero hasta el presente año y mes llegó a lo que ha llegado mas será necesario, seguir haciendo modificaciones en beneficio de los muchos-todos y conste que no estoy dentro del grupito, ni siquiera trabajo y me rasco la panza como oso echado bajo la sombra de un árbol, al estilo Libro de la Selva. Vaya que si el país parece una, pero no puedo enajenarme con esta situación, parte de lo que hayan resuelto, acercándose lo mayor posible a la unidad, repercute a bien o a mal a mi generación y a los otros mocosos que vienen atrás.
Ya por la tarde fui a que me dieran de comer rico, como en casa, a una fondita, casi al terminar recibí la llamada de Juanito que me invitaba a comer y claro, terminé acompañándolo con un delicioso pastel de chocolate, luego, le seguí con las “chelas” y en algún momento, antes o después de que la levadura corriera por mis venas, Juanito me había confirmado la aprobación a dicha reforma; Gordillo y sus “secres” de estado, conjuntados con cuatro guarros cada uno, se reunieron al norte del país para hablar sobre este tema, entre otros (al rato serán de a veinte como el gobernador de New Lion).
En lo personal me desespera no saber bien o lo más claro que se pueda, una noticia, así que para saber de qué se trataba comencé a preguntar y, como al principio hubo pudor por parte de Juanito que dijo “lo que pasará, mañana lo sabrás”, tuve que recurrir a mis torturas “originales” para obtener la mayor información posible.
“Sí aceptaron la propuesta, sólo se espera que el PRD haga modificaciones correspondientes, se busca lograr un aumento en los años de jubilación… obviamente las modificaciones que se den con esta ley no afectarán a los que estén en proceso de jubilación… a los ya jubilados, tampoco afectará en lo más mínimo…”.
Pero, pero, ¡pero!, me da flojera trabajar hasta los sesenta años y pensé “bueno… siempre queda la posibilidad de aventarme oficialmente como freelancer”, dando como resultado, la misma friega y -un pero más- en otra de las conversaciones con la aguela chévere entrada la noche cafetosa allá en Torres, mencionaba cómo ella y su corporación en algún tiempo se manifestaron en pro y en contra de muchas reformas a la regulación de las pensiones mas, según explica, en cada paso, los jubilados son siempre lo más perjudicados o en caso de resolver sus peticiones, en poco tiempo se las retiran por “falta de fondos”. Más tarde la aguela chévere, que hasta rebelde me resultó y con manita doblada a la izquierda, dijo: “Conque no nos quieran quitar al rato las pensiones, nada más eso les falta”.
Recibí unos volantes frente a la Plaza de la Paz, textualmente decía en uno de sus párrafos “No olvidemos que la actual ley del ISSSTE, es una conquista de los trabajadores como resultado de largas jornadas de lucha por mejores condiciones laborales y de vida…”, esto es cierto, la aguela chévere luchó atrás tiempo por ello; se resuelva lo que se resuelva, muchos sólo esperamos un informe con precisión sobre las acciones tomadas y piensen en generaciones futuras y en nuestros ya jubilados, no en cómo unos pueden obtener beneficio en el ahora.
Los siguientes días se veían cenizas en torno a este tema, sobre el día mundial del agua, del calentamiento global, el Protocolo de Kioto, además de ver al señor Bush en el que puede ser su mejor acto de solidaridad hacia los homosexuales y hacia la Spears que pasa por una depresión enseñándonos que sabe besar y bien; luego escuché comentarios como “¡Qué calor! Y pensar que acaba de empezar la primavera, apenas van dos días y ya nos estamos cociendo”. Aunque la gente sigue con su vida normal, acaso buscan soluciones prácticas: ropa holgada, cómoda e irse a la playa, lo cual me recuerda (y calienta) que los springbreakers dan sus primeros pasos en territorio mexicano. No me asusta, me enchila. Muestro mi entero egoísmo diciendo que las playitas turísticas me preocupan en segundo término, en cambio, me gustaría estar completamente segura de que Cuatro Ciénegas, la Zona del Silencio y las Dunas de Bilbao permanecerán con puertas cerradas a estos jóvenes (que les pido, ya no se planchen el cabello, ya no está de moda) y/o que se tomen extremas precauciones.
Bien, poco falta para las vacaciones, corta se hace la espera con domingo cara de lunes (según aplauden los del magisterio “pa’ promover el turismo”). Por favor viajeros, cuiden la región que visitan, la región donde viven y tengan cuidado con las “rectas” engañosas. Ya sabemos lo que debemos y tenemos que hacer. Calladita, ¿me veo más bonita? Puede ser, pero les digo ¡aguas, unos se chupan el dedo y entre todos, nos estamos chupando el globito!

Adelante Torreón, recuerda tu pasado

Por Lucy Originales


“Cuánto ha crecido Torreón… cuándo ibas a pensar en semejante tráfico” diría mi abuela (ahora) de copiloto, observando las gotas sobre el Diagonal Reforma.
El pasado diciembre regresé a Torres para las fiestas con la familia, donde existe una división de estados (es difícil partir el pastel en cuatro partes), sin embargo, se logra estar con cada uno de los integrantes sabiendo administrar el tiempo y, hasta pude escaparme en diversas ocasiones (siempre se extraña un ratito de soledad), recorriendo las calles de Torreón.
Me invadía la nostalgia conforme transitaban cuadras y cuadras de imágenes en un cortometraje de lo que ha sido, o fue, mi vida en aquellos parajes desérticos e industrializados: Hay vida en el desierto, recordemos el spot de un gobierno. Tomé la ruta Torreón-Matamoros a pie de carretera frente al cementerio e inició el flashback de oriente a poniente, bajé en la calzada Colón, caminé con rumbo a un punto impreciso, di vuelta en la solitaria y sucia avenida Morelos, ahí sorprendí los edificios en inmensurable descuido, toqué aquél que sirvió como refugio al Instituto de Servicios Educativos de Coahuila (que desde hace algunos años se llama Secretaría de Educación y Cultura de Coahuila) y hoy sirve de cobijo para ratones y otros animales.
No dudo que los cambios -por lo general o casi siempre-, inclinan la balanza a lo positivo, pero el centro de mi ciudad sugiere el olvido. La avenida estaba sola y entregada a mi dado fechas respectivas y día domingo, la memoria no fallaba, imposible sería encontrar un “Café de la Esquina” para reposar un rato; llegué al Palacio Federal, crucé a la Plazuela Juárez donde ni las aguas celis estaban asediadas y los ornamentos de bancas, sirven ahora como punto de encuentro mañanero-dominical a parejas homosexuales que siguen tras los matorrales. Esta situación no debería presentarse puesto que el Pacto Civil de Solidaridad se puso en marcha desde el jueves 11 de enero de 2007, mismo que busca “promover la disminución de las conductas discriminatorias a un gran segmento de la población coahuilense”. Debo admitir pensé, los bolillos (y no los gringos) levantarían su masa en un “Sí” al igual que aquellos comandados por…, sin embargo, aun cuando no fue así, la Comunidad Gay no se rindió, empacó sus mejores ropas y viajó a Saltillo, apoyando el PCS; siempre he dicho, ya les tocaba, bastante hicieron en los últimos dos años para ser reconocidos, sin que esto implique ser señalados. Queda en claro que no es estrictamente para unas pocas parejas homosexuales, sino también para unas muchas parejas heterosexuales buscando “la ayuda y la asistencia entre dos personas”
Parece que estamos tomando muchos ejemplos del país vecino, “aguas” pues deberían preocuparnos ciertas declaraciones del nuevo gobierno que pone como primer interés la lucha contra el terrorismo, por lo menos el muro de la vergüenza ya no se levantará dado que los buenos amigos están pobres, como nosotros
No cantemos victoria, todo se puede, si no, preguntemos a las familias mexicanas si dejarán de consumir tortillones. Se dirán en México las palabras de Bush: “¡ups!, perdón, creo que sí me equivoqué”
Mi caminata continuó hasta la Plaza de Armas con cansados y temerosos pasos, ojos bien abiertos que no se acostumbran a la idea de dos Torreones en fin de semana; uno donde ha pegado con fuerza la modernización por el consumo, al estilo bolillezco (culpable soy también), aunque limitado para algunos tanto que el dinero es importante, mas no falta salir de perdido con un significativo vaso de nieve o cafezuco. No me atrevo a hablar bien o mal de los centros comerciales como atractivo para un paseo familiar dominical, incluso creo que da fruto, prueba es que hasta casinos tenemos en Torreón y la entrada de dinero es más grande que el vado del Nazas, sin embargo, ¿por ello se obvia (y justifica) el abandono del otro Torreón con sus calles y edificios: el centro, que guarda nuestra historia y cultura?
Se acercaba la hora de comida, la tripa rasgaba el estómago en busca de un taco, como buen mexicano pensé “a la panza no se le hace esperar, a la vieja, sí”, entonces encontré el café sobre la Morelos y llegaron los recuerdos de los recuerdos de mi abuela, tiempos danzoneros de “una expresión pura y elegante entre las personas que lo saben bailar”, como sugiere Sam, mi maestro informal de baile. “¡Ah! La abuela chévere”, pensé. Cómo le brillan los ojitos pausando nuestra conversación al recordar a tan excelente bailarín que fue mi abuelo hasta que llegó mi madre y sentó a la abuela para dar sus primeros pasos. Así fue como el danzón llegó a la segunda generación en mi familia, estancándose hasta mis veintidós primaveras cuando mis oídos y mi lindo cuerpo, tuvieron su primera vez danzonera (afortunada o desafortunadamente) en un lugar donde esta música sigue viva.
Hablo de Guanajuato capital, tierra con “sube y baja” que me gusta tanto; por las tardes se escuchan danzoneros en el Jardín de la Unión y otros días en la Presa de la Olla, todo esto contribuye a dar ese colorido tan peculiar de la ciudad (locura fue el FIC 2001 que tuvo como estado invitado a Veracruz, jóvenes de veintitantos perdían el pudor a equivocar un paso). El danzón aquí sigue vivo y es poco probable que llegue a perderse el gusto por el “baile netamente mulato y timbalero… un chancachan chacachacan chacan, con la misma clavecita” como diría el profesor de música Ubaldo Miranda.
Pero, ¿qué pasara con el danzón en mi amado Torreón?, no dudo que, así como yo, muchos jóvenes nos limitamos a decir que esa música es sólo para los abuelitos, únicos que mantienen éste con sus bailes para la tercera edad en las plazuelas de Torreón; sí, nuestros “viejitos” (palabra tan despectiva que no deberíamos usar), reviven con este baile y ¿qué sucederá cuando no estén nuestros abuelitos?
Seguramente hay un montón de cosas más importantes en las que se tienen bien puestos los ojos en este momento, pero esto es cultura, si bien una prestada, con el tiempo se ha hecho nuestra y habrá qué hacer algo por mantenerla, es ahora, en este preciso “momento”. Los torreonenses debemos tomar la palabra al gobernador que tiene entre sus prioridades el apoyo a la cultura, de otra forma, no sólo será el danzón lo que podría irse “6 feet Ander”, sino también nuestra parte histórica. Ya se dio un paso con el PCS en Coahuila. Guanajuato es una ciudad hermosa, tiene como ventaja que no se ha hecho una línea paralela en el tiempo, ha conservado su cultura, aunque muchos digan “Guanajuato no es lo que parece”, los que no tenemos “eso” que otros estados parecen tener, estamos en una búsqueda constante por ello. Buscamos lo que no tenemos, y cuando lo tenemos, olvidamos que existe. Creo que los guanajuatenses, sólo deben recordar que tienen una cultura muy fuerte y prácticamente presente en cada piedra, que no se olvide y que siga existiendo el apoyo para la preservación de la misma. De cualquier forma, en caso de no encontrar más danzón aquí o en Torres, ¡siempre estará Veracruz! Saludos a los torreonenses (y coahuilensen) en Guanajuato.

De la Pequeña Lucy

Por Lucy Originales
Alguien me dijo una noche de platicas con tequila “no se trata de escribir algo nuevo, sino de escribirlo diferente” y todo porque se me ocurrió ir un día de fin de semana al cine para toparme con algo que no me hizo muy feliz.
Acostumbro no revisar la cartelera e irme directo a taquilla, pedir un folletito y leer la sinopsis de las películas, particularmente de las etiquetadas como “cine independiente” o “cine de arte” o de “otro enfoque” como le llaman los de la monstruosa Capital del Cine.
Por fortuna, había varias películas dentro de ese género, sin embargo, llamó mi atención una con título Yo Puta (dirigida por Luna de nacionalidad española). La sinopsis me recordó a ciertos personajes en mi novela (no escrita) y, por temor de encontrar en algunas escenas de la película pasajes de mi novela, decidí no entrar a verla. Al marcharme, busqué de emergencia una cita con mi puta amiga psicóloga para comentarle lo sucedido pues afirmé “No volveré a escribir pues ya todo está escrito”, a lo cual mi “flexible” amiga respondió “¿acaso crees que somos las únicas putas en el mundo?”.
Y bueno, después de un rato de trova nocturna y cafeína, olvidé mi estúpido pánico y continué disfrutando a los hombres y la “flexibilidad” que nos ha dado la vida para hacer anotaciones en el futuro sobre mis aventuras.
Tiempo después, limpiando mi biblioteca, el rosa amigo Paulo Cohelo apareció frente a mí con su pasta suavecita color blanco y azul cielo (o lo que me parece un azul cielo), y una rosa en medio, con el título del libro que me aventé en mis maratones literario-camioneros:
Apenada, en un café literario, hablando de nuestras últimas adquisiciones, tuve que aceptar haber comprado “algo” de Paulo Cohelo y platicar de qué trataba ese algo; oportunidad que llegó en el mejor momento pues pude dejar en claro el atractivo del libro: narra la vida de una puta que termina felizmente casada con el héroe (un famoso pintor que hace a la mujer dejar su oficio, no sin antes enseñarle còmo olvidar el placer por el masoquismo, experimentado con otro de sus importantes clientes).
Cohelo nos da un final en su novela estilo hollywoodense que, aunque se aclara en la misma todo estaba planeado, es inútil no recordar películas de género romántico donde el hombre (en la novela), detiene a su amor -con todo y ticket en mano- en el aeropuerto antes de abordar y no la deja regresar a su ciudad natal en América del Sur. Dicha historia regresa a mi mente, torturándome, al escuchar el relato de la “no callejera” Mona de Federico Aubele (compositor argentino), donde la mujer también decide dejar su pueblo para probar suerte en Europa pero ésta, jamás regresa.
Así pues, conforme se terminaban las botellas de alcohol y, unos comentaban que todo sucede en L.A., yo volvía a decir “todo ya está escrito” después de dar los ejemplos arriba mencionados, lo cual no fue suficiente para que mi tío-primo dejara de hacerme ver con palabras muy sutiles -…en este pinche negocio… chaparra-, me apuntaba con su dedo, mientras tragaba unas papitas -no se trata de innovar o escribir algo nuevo, sino el cómo lo escribes. El hombre parecía vocero de mi “ague” pues afirmaba que muchos escritores se han hecho de leer a otros y que yo debía dejar a un lado mi negativa idea de huirle a lo ya dicho, ver Yo Puta y, además, leerme las Memorias de mis putas tristes de García Márquez, dicho libro dio paso a una extenuante conversación sobre el tema de las putas.
De un tinto californiano nos pasamos a un tinto chileno, dejamos correr el tiempo disfrutando del clima en el balcón con una hermosa vista al puerto en San Pedro, California, riéndonos de la nada cuando, cansada del tema, pensé en algún momento, poner fin a nuestras tonterías con una canción de Fernando Delgadillo, la cual habla de un tipo amante de la pornografía; sin embargo, la noche era larga y mi cumpleaños aún no terminaba y preferí seguir escuchando musiquita de los ochenta hablando de otros temas de carácter intelectual. Hubo muchas teorías sobre los motivos para que el negocio más antiguo del mundo siga en boca de todos y/o vivido por unos, experimentado por otros, mismas que en algún momento les haré conocer.
Con mucho respeto pido a los lectores de no me hagan comprar el libro de las Putas de García Márquez ya que si alguien lo tiene, puede prestármelo y tal vez lo lea, también acepto invitaciones a ver la película Yo Puta, aunque prefiero seguir experimentando dicho tema, aclarando que es un acto no lucrativo. Todo sea por amor a la literatura y tal vez pueda entregarles algún día, un libro que hable de las “Historias de mi amiga flexible y yo”. Por lo pronto, les dejo las primeras líneas de una historia que recogí en mis caminatas por las calles de una Ciudad romance.
La gente se hace a la orilla y pared en las calles para que la feliz pareja pueda pasar sin problema, intentan desviar miradas de las arrugas y canas bien marcadas en él, pero sólo logran ver la cara infantil y cuerpo atractivo de ella; con ojos grandes y vista apenada se dan cuanta de la relación de aquellos dos pues sus manos juguetonas de pigmento diferente, van entrelazadas a un costado de sus dueños que ya acostumbrados a la sorpresa de terceros que, sin duda se preguntan “serán padre e hija?”, detienen su andar para entregar al público un beso labio a labio.
Él, seguramente se enfrentaba a palabras con sus hijos adolescentes mientras ella…