Un joven científico, al que nunca conocí, soñó durante varios días que era
un espía y lo había dejado todo para trabajar en una botica porque
estaba cansado de ser espía. Decía que era un trabajo emocionante
y extenuante, pero que necesitaba retirarse mientras podía.
Su jefe en la agencia comprendió totalmente su sentir y aceptó
su renuncia.
Le escribí al científico desde mi escritorio porque me sentía igual que él, le dije que al paso de este día me siento más y más en tierra y no me gusta, también le dije que escribirle había resultado ser la mejor medicina.
Me gusta más andar drogado en los sueños inconclusos o con finales inesperados (que es lo mismo que no tener finales) - Extraño derramar lágrimas por un personaje que derrama lágrimas porque le he dicho que debe derramar lágrimas - Extraño ser Dios: crear y dejar vivir; es cierto - Extraño sentir los latidos arrebatados de mi corazón cuando se tuerce como cola de cerdo la vida de terceros y extrapolo con ellos mi sentir hacia nada porque nada de lo que ellos son, lo soy en la realidad.
Mis terceros son superhéroes, son protagonistas, son odiados o amados, tal cual. No se andan a medias tintas, son perfectos. Ellos saben lo que es ser parte de algo, son ladrones: chupadores del tiempo y del espacio. Yo... yo... sólo soy la energía necesaria para que ellos crezcan: soy aire, agua, tierra, luz y ellos son la sombra. En la sombra se crean las más maravillosas figuras. Si hay sombra, hay luz y si hay luz, hay vida y allí nacen mis terceros, entonces me siento completo, entero: uno.
Lo que tengo que hacer para seguir con ellos me quita el goce de la irrealidad, del soñar despierto, del crear ya siendo creado; es cierto - Vine a una cosa al mundo y lo he abandonado, porque la vida contemporánea predica sobrevivir, no predica gozar, qué gran mentira cuando dicen "hay que gozar la vida, querer lo que se tiene y no pensar en lo que no se tiene" No tengo mi libertad de soñar despierto, entonces no tengo vida, camino muerto y respiro putrefacción.
La libertad es hacer por hacer, quizá sin dañar a otros, quizá dañándome; es cierto.
Ahora lo pienso* dos veces y me odio por no olvidarlo; encuentro desagradable vivir un día completo haciendo lo que se hace en un día normal, en un día racional, todo para llegar a la cama a la hora del sueño, a la hora de estar apenas cansado mientras que, cuando soy irreal, cuando sueño despierto, sólo me toma el agotamiento de mi cerebro para sentirme exhausto y lleno.
¿Cuál es el resultado de no ser irreal? Sólo el mismo que vivir por vivir.
*Un antiguo, pero no viejo amor, se refirió a mi segundo trabajo como algo que le gusta, pero señaló que no le gusta tanto como lo que hago desde hace más de la mitad de mi vida.
¿Cuál es el resultado de no ser irreal? Sólo el mismo que vivir por vivir.
*Un antiguo, pero no viejo amor, se refirió a mi segundo trabajo como algo que le gusta, pero señaló que no le gusta tanto como lo que hago desde hace más de la mitad de mi vida.
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