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viernes, septiembre 10, 2010

Ácido: El negocio de la noticia

No todo lo que se lee o se mira es real; 
no todo lo que brilla es oro...

Es viernes social. La noche del jueves cayó una lluvia bastante breve anunciando una mañana bochornosa: húmeda, pegajosa, de maquillaje facial mantecoso o cutis de etiqueta "normal a graso". Según el dermatólogo, mi familia tiene cutis "normal a seco", casi como lija. En invierno los codos se vuelven negros y callosos, tan así que al ponerme un suéter barato se atora el tejido en los pellejos de la carne vieja. 
Somos secotes y con tendencia reumática, desde los años de mi bisabuela materna (ese es el gen más bonito, el más problemático y el más inestable). Pero el menor de los males, es mejor.
No tengo muy claro si nos hace falta algún químico en el cerebro que genere tolerancia, paciencia y adaptación. A pesar de haber nacido en una tierra seca y calurosa, la adaptación a este clima y sus corrientes derivadas de fenómenos meteorológicos pasajeros, casi nunca llega. 

La noche de ayer no pude conciliar el sueño, la viví encendiendo y apagando la refrigeración (pero quién soy para quejarme cuando tengo techo y comida). Casi conté las primeras horas de la madrugada de este día viernes, haciendo de mí un experto en remedios caseros contra el insomnio. Pasé de caminar (a paso zombie) por el estudio unos minutos, a tomar un vaso de leche tibia para, luego, hojear algo bastante inapropiado: un libro sobre fotografías de desnudos (1000 Dessous: A history of Lingerie de Taschen). Según recuerdo, el último párrafo que sostuve en mi memoria dice en inglés: "So take your seats, ladies and gentlemen, the show is about to begin: the courtain rises like a skirt to reveal an indecorous décor of lingerie. Sit back and enjoy the performance; it may continue later behind closed doors". Todo el párrafo anterior causa problemas en una mente llena de sexo y erotismo como la mía (sentí que Donatien sorbía su baba junto a mi oído mientras decía alguna frase puerca) pues, la siguiente página del libro es una fotografía titulada "Pin-ups are the stuff of dreams" que muestra a un hombre recostado en su cama echando tabaco mientras mira un collage de algunas mujeres desnudas y otras en lencería. ¡Si tan solo les contara cada situación húmeda que brincó a mi cabeza!
El siguiente paso fue buscar en mi agenda de contactos en el celular, el número de alguna persona que pudiera estar disponible para ayudarme a conciliar el sueño, pero al pasar la letra D, me entró el hastío, encendí la televisión y, finalmente, dormí. 

Cuando comienzo a entrar en sueño, conecto a la corriente el reloj de cabecera. Así, al despertar sabré la cantidad de horas que han pasado. El fin de este juego es sólo para echarme porras y levantarme sin importar si fueron cinco o diez horas. El reloj marcó cinco y en la televisión se contaba la siguiente historia:

"Esta detención es el resultado de los trabajos de inteligencia y acciones realizadas por la Policía Federal desde el año 2009, cuando se desarticuló una célula de sicarios encabezada por Carlos Villanueva de la Cerda, Comandante Ocho, al servicio de La Barbie en Tultitlán, estado de México"-, explicó en conferencia de prensa...

Eran las siete de la mañana cuando escuché, en otro canal, la misma historia, ahora dramatizada. La nota duró varios minutos y, de inmediato, me dejó un mal sabor de boca la producción y la seriedad del noticiero. Entró un corte a comercial de los patrocinadores y regresó el noticiero con la misma historia, narrada por un fulano distinto, pero con las mismas tomas de la nota anterior y la misma dramatización. Al terminar, pasaron de nuevo corte a comercial de los patrocinadores. ¿Cuánto dinero entra con una nota de este tamaño?, ¿es necesario darle un tratamiento de ese tipo? Qué mejor que echarse un café en algún receso del día y leer las noticias: aquí la nota de La Barbie en La Jornada.

Bien dice el dicho "Al pueblo pan y circo" y si no queda claro, basta con abrir los ojos y recolectar la cantidad de sabios oportunistas que hacen negocio con las celebraciones del Bicentenario, o bien, basta con caminar por Paseo de Reforma. ¡Salud, camaradas... que les caigan bien los antojitos mexicanos, el tequila y la cantidad de dinero que gastarán los días 15 y 16 de sept. ¡Viva México! que no por nada compramos un  montón de playeras oficiales de la Selección Mexicana de Fútbol Y sigamos apoyando IMX. 
Callaré mi boca y disfrutaré las celebraciones, algo de trabajo debo tener ese día. Total, siempre hay un mañana (estemos en esta tierra o no) y siempre habrá un día después de mañana donde habrá terminado la euforia de dichas celebraciones. Y siempre quedará la pregunta: ¿Qué novedad está por llegar?

Maldigo el insomnio cuando es solitario y Donatien viene a mi memoria; más todos los días, agradezco mi techo y comida

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