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martes, enero 29, 2013

Cloud Atlas (2012)



En ocasiones me pregunto si todavía vale la pena ir al cine en estos tiempos de consumo, es realmente complicado por muchas razones, empezando porque no siempre el público es tan educado como se esperaría que fuera. Ser un espectador educado implica respetar tanto la película, como al resto de los que se encuentran en la sala. Las películas se deben ver en el cine, si la película es de especial atención, se busca una proyección a temprana hora y un día a la semana de poca gente, como el lunes; sin embargo, existen películas que, no sólo como experimento social, si no como un complemento de la experiencia cinéfila, merecen el registro de la película con una sala llena, pues nos refieren debates inmediatos, cuchicheos con incógnitas sobre lo que vemos en pantalla, además, hay algunas películas que ponen a prueba la resistencia de los asistentes porque abarcan la historia en algunas tres horas. Quizá lo más triste de la experiencia en el cine, en “estos tiempos” tiene que ver más con las fallas técnicas -deliberadas- a la hora de la proyección: esas ocasiones en que un cacho de la película, literalmente, sale por la parte superior e inferior de la pantalla, eso quiere decir que los formatos no coinciden. Es tarea del espectador hacer señalamiento de estas situaciones al gerente de los cines, sin importar que hagan caso omiso. 
Es bueno cuando las películas generan debates, pero cuando se genera un debate viciado, como sucede en torno a la última película Django Unchained (2012) de Quentin Tarantino, por sus tonos de violencia, o bien, por su tratamiento en torno a la esclavitud, me parece inútil cualquier debate. Habrá más debates con otras películas que están ya nominadas al Óscar. Creo que, de pronto, con ciertos argumentos en las películas que refieren tratamientos políticos muy precisos, se nos olvida que una película es una película, por eso se llama “ficción” y claro que hay pedazos extraídos de la realidad por parte de sus creadores. Algunos directores buscan estar tan cerca como se pueda de los hechos, pero sigue siendo ficción y siempre lo será. Nuestra percepción y la percepción de los otros será siempre distinta, así que necesitamos entender las películas como tal. El debate es excelente, pero no que se juzguen y se encuentre “culpable de todo cargo” a una película que refleja o busca retratar los actos del ser humano. Los seres humanos nos comportamos como bestias. Si realmente habría que juzgar, enjuiciar y para ello movilizarse, entorno a lo vivimos en nuestra realidad: violencia, manejo incorrecto de políticas sociales y económicas, etc., debería ser a las autoridades correspondientes (y también a nosotros mismo) y no a una película. No te gusta, no la veas. Pero que haces con un gobierno que no te gusta, cómo se “escapa” de eso, o es que ¿solo te sometes?


 CLOUD ATLAS (2012)

An exploration of how the actions of individual lives impact one another in the past, present and future, as one soul is shaped from a killer into a hero, and an act of kindness ripples across centuries to inspire a revolution / Una exploración de cómo las acciones de vidas individuales impactan a otras en el pasado, el presente y el futuro, como una sola alma se forma de un asesino en un héroe, y un acto de bondad ondea a través de los siglos para inspirar una revolución.

Creo que vi Cloud Atlas en el momento preciso que debía verla, tuve que pasar por un proceso de aceptación y limpieza de lo bueno y lo malo en cuanto a las críticas que había escuchado, y casi decido no ir a verla al cine. Aquí tengo que hacer paréntesis para comentar que habría sido un  error haber dado una primera visita a la película en casa, lo habría lamentado muchísimo, y los daños que esto habría generado a largo plazo en mi vida, serían  irreparables. Qué error más grande habría sido no ir a verla en el cine. No había sentido, literalmente, “nada”, en mucho tiempo. No había un "algo" que haya causado dejarme llevar y sentir emociones humanas a tal grado que podía verlas en la superficie, como un aura que desprendía de mí. Dicho de otra forma, no había tenido un revoltijo de emociones,  una detrás de otra y todas muy distintas entre ellas, en un lapso de tres horas. De lágrimas a risas; de desconcierto a acierto; empatía, coraje, desilusión, euforia, esperanza sobre el futuro de la humanidad, esperanza en el ser humano, o la afirmación de que, uno no es sin el otro, y, lo que haga tanto me afecta, como afecta al otro. Es un paquete completo. Es una película que nos recuerda, a muchos, la magia del cine y por qué seguimos visitándole. No lo puedo explicar, pero cuando la ves, puedes entender muchas cosas, claro, si no se hace una incisión y sólo nos dejammos llevar por los conectores o por los nodos que se vayan presentando, hay que dejarla que penetre sola, luego que salga, dejarla respirar. Sin duda, algunos preferirán o desearán varias revisiones para buscar un análisis. Pero pienso que si no se hace, es por demás disfrutable. Tengo ganas de verla de nuevo en pantalla grande, porque es para verse en cine. Hoy, prácticamente estuve sola, seleccioné una proyección a las dos de la tarde en este día lunes, apenas había otras dos almas, una parejita de veintitantos años. La sala era enorme, y debo señalar que agradezco que no nos hayan corrido y que se haya seleccionado la pantalla correcta para la proyección. En varios momentos de la película sentí las miradas de la parejita cerca de mí, pienso que no entendían por qué rompí en llanto, o por qué reía o por qué brincaba de mi asiento, o por qué suspiraba. Me gustaría verla de nuevo en el cine, esta vez con más gente en la sala para realizar un experimento social, pero no quiero arruinar el momento que aun tengo fresco, no quiero contaminar todo lo que me hizo sentir, una visita pronta me haría empezar a querer armar el rompecabezas, que, pensándolo bien realmente no hay. No es, como dicen algunos, que son seis argumentos distintos, por el contrario, es uno en donde los personajes se vuelven a encontrar en diferentes tiempos: pasado, presente y futuro. Creo que no puede haber nada más simple que eso. La sinopsis se respeta en un cien por ciento. No puedo comparar la película con la novela -que lleva el mismo nombre de la película- de David Mitchell, misma que fue inspirada en una pieza musical y en el estilo narrativo de otra novela, porque no he tenido la fortuna de encontrarme con el libro Cloud Atlas, o con el otro libro o haber escuchado la pieza musical, pero espero que todo se conjugue pronto y pueda hacerlo. Imagino que encontraré en la novela tonos más específicos en relación al desarrollo político. Por lo pronto quiero disfrutar de este momento lo más que se pueda. Es triste, pero no recuerdo que nada me haya hecho sentir tanto en sólo tres horas y creo que pasará algo de tiempo para que otra película provoque esto en mí. La verdad, no recuerdo haberlo sentido nunca.
Para aquellos buscando pensarla, buscando respuestas  o quieran encontrar coherencia o lógica, sugeriría resistencia. Se requiere cierto conocimiento para saber lo que estamos viendo, pero no es necesario analizarla demasiado para disfrutarla. Como amante del cine, prefiero esperar un poco para verla de nuevo y revisarla… quizá me gane la curiosidad. Contrario a lo que algunos críticos brillantes han señalado sobre la película como fallos, la falta de un solo plot, la orgía* de directores, la orgía de guionistas, la orgía de los actores, yo aplaudo todo esto, porque es precisamente el camino que apunta la película, no diferentes historias, si no tiempos entrelazados, y esta colaboración entre tres, los hermanos Wachowski  y Tom Tykwer, a la hora de desarrollar el guión -basados en la novela de David Mitchell-, y la dirección, es lo que hace que esta película funcione tan bien; son los detalles. Es excelente que los actores hayan abordado varios personajes. Cada segundo de Cloud Atlas funcionó para mí, música, dirección, guión, el maquillaje me pareció hermoso. En algunos momentos recordé mucho 2046 (2004) de Wong Kar Wai, no imagino por qué. (Je, je!) Creo que el único problema que tengo con la película es el trailer (explica demasiado) y me gustaría que la película no terminara, pues durante esas tres horas pude ver muchas cosas sobre nosotros, los humanos, que en este momento, como sociedad, no veo reflejados, estamos algo perdidos. Si todos vieran esta película, ¿habría un cambio en la sensibilidad del ser humano sobre lo que le rodea? Me gustaría que fuese así. Pero, de nuevo, ¿alguien más lee tan positiva la película como yo? La prueba es que no, la división generada alrededor de la película entre si es buena o no, es decir, si funciona o no, es prueba contundente de que cada quien ve las cosas como quiere, y esto se debe a la suma de eventos en la vida de cada persona. No creo que sea demasiado lo que aborda, al punto de agobiar al espectador, creo que aborda lo suficiente para querer ver más. Tampoco creo que sea, como leí en los apuntes de un crítico de cine, que sea una película intentando jugar con la mente del espectador; más que jugar, expone; si parece que expone muchas cosas es, porque, quizá, no nos hayamos cuestionado lo suficiente sobre la vida antes de la exposición con esta película, obviamente, sin que haya existido la necesidad de hacerlo por la película, como un fin. Aún así, si alguien busca analizar la película, podría recomendar hacerlo no de una forma lineal, si no viéndole como un mapa proyectado sobre una superficie, sería tan sencillo como generar un diagrama, o un mapa mental, donde una cosa conecta con la otra, o como un escaneo del cerebro, o como la representación del mapa del universo en Prometheus (2012). Más o menos eso ayudaría a entender la relación causa efecto del ser humano con su todo. 
Pero bueno, aquí están mis impresiones, mis arrebatos, prometí a alguien que escribiría algo sobre Cloud Atlas y ya está. No hay una disección o ensayo sobre la película, no soy tan lista o inteligente como para poder hacer un análisis exhaustivo con una primera visita -y tampoco es que lo quiera hacer-, pero dije que escribiría sobre ella. Para algunos será necesario hacer una disección, en tanto que buscarán justificar sus acciones, pues de pronto es difícil entender más allá de su realidad, puesto que tienen mucho que perder si es que ésta cambia. Debe quedarnos claro que la incapacidad de trasgredir, no debería implicar el desconocimiento de cosas como el arte. 
Creo que la recepción favorable que le he dado a Cloud Atlas se debe mucho al cariño que le tengo al cine, pero en particular a las historias, a los guiones, son estas películas que conjugan una producción tan hermosa, las causantes de mi cariño por el cine. Si no me había enamorado, lo estoy ahora. 


*Menciono orgía no como el placer por el acto sexual, si no en un intento por describir el placer que, desde mi perspectiva, se debe generar al trabajar en conjunto, buscando un mismo fin. En este caso, la película.

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